Faedo de Orzonaga


10/08/2017
Salimos rumbo a la Collada del Valdeteja con intención de subir hacia el Valle de Sáncenas. Las Hoces en Vegacervera nos reciben cubiertas por un manto de nubes. En Felmin el limpiaparabrisas comienza a accionarse. No llegamos a subir el puerto, mucho antes la niebla lo envuelve todo.

Hay que pensar un plan B para pasar la mañana. Mientras compramos pan en Matallana, vemos el cartel indicador a Orzonaga.

-Qué tal un hayedo???
-Muy buena idea.

A Orzonaga solemos venir en primavera, cuando los árboles sacan las hojas que visten al hayedo con su manto para poder soportar los calores del verano, o en otoño cuando ofrece un festival del colores con sus hojas y la gran variedad de setas.

Un acierto el habernos acercado hoy hasta Orzonaga. El bosque nos ha cobijado del viento y del frío. Y nos ha mostrado un espacio ya conocido pero nuevo.

Orzonaga es un hayedo pequeño, pero en su interior se nos muestra amplio. Las ramas y hojas forman una bóvedas propias de cualquier iglesia bizantina, y la estación seca (seca, seca) nos permite movernos por el camino que cruza el bosque sin necesidad de prestar atención donde pisas.

No haremos el recorrido circular. Nos gusta más volver sobre nuestros pasos y volver a recorrer el hayedo y contemplarlo desde un nuevo punto de vista.

Orzonaga tiene bar, pero no sabemos si esta cerrado permanentemente, o si la noche anterior (las largas noches de verano en los pueblos) se demoró hacia las tantas. Con las mismas nos obliga a acercarnos hasta Garrafe que sabemos que ya salió la tortilla. 



Desde el pueblo hasta el Faedo, todo el camino es un túnel de vegetación.

Peña del Águila.

Entrada al hayedo. Antes cabía la posibilidad de pasarnos y continuar la pista. Hoy con estos carteles ya no hay posible error.

Un potente ejemplar de haya.







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