El Castrillón de Sta. Olaja


El Castrillón de Sta. Olaja.
15/12/2016
Todos nuestros actos, todos nuestros amores, son repeticiones de otros ya acaecidos y por eso siempre encontraremos en un libro la respuesta a alguna de nuestras preguntas. El problema radica en que no entenderemos nada de lo escrito en tanto no lo hayamos vivido de un modo u otro.
Lucia Etxebarria

Cuando descendemos del coche Kato y yo, no podemos pensar que dos mil años atrás, los Vadinienses que caminaron estas tierras, tuvieran las mismas sensaciones que nosotros.

El día no resulta de lo más acertado para la travesía que teníamos en mente. La niebla lo envuelve todo y no hay visos de que levante. Aún así, desde la zona de picnic, el Castrillón de Sta. Olaja se nos muestra visible y para allá vamos.

Un nuevo refugio Vadiniense, una de las ocho tribu Cántabras que ocuparon estas tierras e hicieron de estas atalayas su lugar de asentamiento.

Kato me cuenta cosas de los Vadinienses. Me explica que no podemos pensar en los castros Vadinienses como lugares amplios, es más, el que hoy vamos a conocer en la cima del Castrillón, podría ser un asentamiento muy pequeño de solo dos o tres edificaciones.

Algo muy razonable, ya que cuando alcanzamos los altos del Castrillón, apenas encontramos espacio en de su cima. No así su posición defensiva, demostrando tener una visión poliorcética muy avanzada. (Poliorcético.- Dícese del arte de atacar o defender las plazas fuertes)

El día no da para más. Caminamos por el valle de Ntra. Señora hasta la collada Genciana, pero nos damos cuenta que hoy no veremos más.

-Bajamos?
-Bajamos.


Plano del recorrido previsto desde casa. 
La niebla lo inunda todo.


Un bosque mixto con predominio de robles y encinas. Y en el interior de este un camino armado y bien trazado. Tal vez romano????


Entramos en el valle de Ntra. Señora.
Y nos desviamos hacia nuestra derecha, en busca de las dos cimas del Castrillón.
Un sendero asciende por la ladera para colarse por la hendidura de las dos peñas.
Vista de la explanada cimera del Castrillón.
Desde esta altura, Kato pensaba mostrarme los distintos asentamientos de otros castros. Hoy no es el día!!!!






Volvemos al valle. Un pequeño camino lo recorre hasta el collado Genciana.





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