Valdetuejar I



13/04/2013

Hemos de aprovechar este periodo de buen tiempo. Nos lanzamos a la búsqueda de nuevos paisajes. Los bosque aún están tristes, los árboles no tienen hojas y las que se encuentran en el suelo han perdido su brillo después de este largo invierno. Pero a pesar de ello, nos apetece caminar por ellos.

Valdetuejar, el valle dónde se asientan los pueblos del Tuejar. Tal vez proveniente de los tojos o brezos que se encuentran por todo el valle.

Valdetuejar, el valle donde se asentó el palacio de los Marqueses de Prado, los dueños y señores que maltrataron a las gentes de estas tierras y dieron lugar a que se las conociera como "Las Tierras del Hambre"

Nos acercamos hasta El Otero de Valdetuejar, donde comenzamos a caminar por un bosque de robles, con rumbo a las faldas de Peñacorada. Salimos momentáneamente del Valle recorriendo el camino que nos llevó hasta Robledo de la Guzpeña. Un nuevo collado nos introduce de nuevo en el valle de Valdetuejar por las antiguas explotaciones mineras que hoy se han trasformado en una serie de lagunas.

Antes de entrar en San Martín, nos acercaremos hasta la pequeña iglesia románica del mismo nombre.

Sin prisas, pero sin pausas, por bosques y por praderas hemos agotado un agradable día primaveral por esta zona tan montaraz.
El Otero de Valdetuejar.
Tal vez sea en esta población dónde nace el río Valdetuejar producto de la unión de varios arroyos.

Ascendemos hacia Peñacorada.

Entre robles.

Más allá del valle aparecen las cimas de la Rionda, Cerroso...



Un pequeño macizo que se encuentra entre Peñacorada y el Campriondo con su máxima elevación en peña Villa.

La ladera de Peñacorada y el collado que hemos de alcanzar para entrar en el valle de Robledo.

Al elevarnos alcanzamos a ver las no muy lejanas montañas de Palencia, destacando como siempre el Espigüete.


Nuevamente entre robles.



Hacia Robledo de la Guzpeña.

 Ladera al sur. Aparecen las encinas.



Espadaña de la iglesia de Robledo de la Guzpeña.


Más bosque de robles.

Una sorpresa; un lago en la cuenca de la antigua explotación minera.


A lo largo del arroyo nos encontramos con pequeñas lagunas.


Otras no tan pequeñas; la laguna de San Martín.


Iglesia de San Martín.
Martín, en este lugar estás como pez en el agua!!!!!

San Martín de Valdetuejar.

No nos queda más remedio que caminar por la carretera en busca del coche que quedó en Otero.

Restos de la gran muralla que cercaba el palacio de los Marqueses de Prado, cuya fachada fue trasladada a León capital e incrustada entre la muralla para levantar el Hospital de Nuestra Señora de la Regla.

Con cubos cilíndricos.


Por si no se ve bien la de arriba....

4 comentarios:

  1. Zona muy desconocida por mi, pero que parece que tiene muchos alicientes. Robledales, iglesias, hasta algún lago...SAludos

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    1. Hola Javier.
      Una zona muy montaraz y bastante desconocida. Sin altas montañas pero con un encanto. Cuando los árboles se llenen de hojas estará mejor aún.

      Saludos

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  2. Hola Konico. Al eminente filólogo leonés don Eutimio Martino debemos el conocimiento del verdadero significado de la palabra "hambre", que aparece formando parte del nombre vernáculo de este bellísimo valle que recorre el río Tuéjar. El Valle del Hambre es un valle de espectacular cromatismo en el otoño, cuando el contraste entre el verdor sempiterno de sus breves y recoletos prados con el tono marrón, ocre o rojizo de los robledales pinta una paleta de belleza que a veces se antoja insuperable. En esos días lluviosos y frescos del otoño, cuando ya los fresnos han perdido su característico verde para tomar el vigoroso amarillo que los hace destacarse vivamente de los chopos y de otras especies arbóreas de su hábitat, el paisaje del Valle del Tuéjar adquiere unos matices plásticos de una belleza muy difícil de describir, Una belleza que transita desde la melancolía serena de la lluvia hasta el ensimismamiento sensorial (un autismo del color) que vive en el secreto de los montes... Bueno, dejando la poesía a un lado y volviendo al asunto etimológico del que se hablaba, decir que el Padre Martino se ocupó del topónimo "ambre" en el primer tomo de su obra "En torno a los Picos de Europa", donde nos explica que "ambre" procede del latín "imber", griego "ömbros", que quieren decir "lluvia". Esto es, que estamos ante un topónimo relacionado con el agua, un nombre de agua que aparece formando nombres de río en todos los idiomas procedentes del latín. Aparece también formando parte de compuestos, como Cambre o Tambre (¿de ahí también, "tambarón", quizá?, pregunto yo), e incluso sin -r-, en San Pedro de Ambas, Ambasmestas. Ambasaguas. Como curiosidad comentar que el molino de Las Salas (cruce con carretera de Lois) lleva por nombre el de "Molino de la Venta del Ambre".

    Por lo tanto, Konico, hagamos justicia a los marqueses de Prado, aunque posiblemente no fuesen acreedores a ella, si, como parece más que probable, se dejaron llevar por la codicia y por el atesoramiento sin medida de riquezas. Como es bien sabido el feudalismo no fue conocido en tierras leonesas, menos aún en las castellanas, tierras de hombres libres, en las que los señoríos generalmente fueron más territoriales que personales, como pudo suceder en otras regiones españolas. No hay más que ver los cartularios antiguos y las colecciones diplomáticas para comprobar que todos en estos pueblos se producían transmisiones patrimoniales de pequeños feudos con la misma frecuencia que en cualquier otra comarca leonesa.

    En cualquier caso el Valle del Tuéjar guarda muchos secretos vegetales en las húmedas umbrías de sus montes y en los rincones de sus majadas, como bien sabes, lo que lo convierte en objeto de curiosidad y deseo permanentes para los amantes de los tejos y de la naturaleza. Su propio nombre Tuéjar ya lo dice todo. Hace años anduve una temporada bastante por allí recorriendo un poco sus caminos y lugares (genial Peña Villa), y me encontré en varias ocasiones con coches y gente de la Fundación Oso Pardo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Saludos,

    Carlos

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    1. Un día coincidí con un vecino de la zona en la cima de Los Castros. Le comenté si sabía de tejos por la zona y no supo darme cuenta de ninguno. Le pregunte por la majada del tejo, que aparece en el mapa algo más al norte de Ferreras, pero nada.
      Tejerina, parece que proviene de tejo, pero yo conozco árboles por la zona.

      Dónde si nos encontramos el otro día un ejemplar muy potente es en la cima del Cueto Cabrón. Si miras el reportaje del Gilbo y Cueto Cabrón lo puedes ver.

      Saludos.

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